La raza Antioqueña
El monumento a la raza Antioqueña obra del maestro Rodrigo Arenas Betancur es un hito a la Cristiandad, cimiento de la estirpe de nuestro pueblo; se observa plasmado al pez, símbolo del cristianismo en el inicio de la escultura, después a Dios, y luego emergiendo de él, a las diferentes razas de la región que alzaron el futuro de antioquia sobre sus hombros junto al Cristo crucificado, que ofrece un trayecto para todos dirigido a los cielos.
Monumento a la Raza Antioqueña – Rodrigo Arenas Betancur 1988
Dice Pedro Nel Ospina:
Los españoles que se establecieron en el territorio que hoy se llama Antioquia trajeron consigo la afición desmesurada al trabajo, hábitos de frugalidad, aseo y economía: respeto profundo a la palabra empeñada; espíritu de religiosidad sincera y honda, – y por consiguiente eficazmente caritativa -, pero sin mojigatería, y grandes afectos de familia.
En estas tierras el cristianismo fue el elemento unificador del encuentro cultural de las diversas razas, las misiones evangelizadoras exaltaron el valor de cada raza, por éste hecho, el antioqueño se sentía orgulloso de su raza independientemente de cuál fuera, y se esforzaba por perpetuarla por ser su pueblo el principal patrimonio inmaterial y natural de su cultura.
Los matrimonios entre razas no eran comunes o bien vistos porque denotarían desestima del origen, historia, situaciones, aflicciones, naturaleza, alma y ser de cada pueblo.
El escritor y crítico Bogotano Antonio Gómez Restrepo manifiesta:
El pueblo antioqueño ofrece el mismo tipo físico y las mismas condiciones de carácter, así entre los ricos como entre los aldeanos, una fuerte complexión física y moral de los hijos de esas montañas; es un todo homogéneo y compacto. Su visión de la vida es más dinámica y su pensamiento, y hasta su inclinación religiosa y filosófica, están asentadas sobre muy distintas bases de aquellas que han formado la idiosincrasia del resto de las regiones. Es posible apreciar esto en la trayectoria histórico política de Antioquia que tiene especial significación y representa el avance en las ideas y en depuración de sentimientos.
Antioquia es paladina de todo progreso, distinguiéndose desde los momentos de la independencia por la manera como la llevó a cabo; los antioqueños fueron los primeros que, a pesar de ser quienes, por su carácter de mineros, económicamente la necesitaban más, abolieron la esclavitud.
En 1908 el Bogotano Roberto Cortázar, historiador y presidente de la Academia Colombiana de Historia, dedica una buena parte a su novela en Antioquia, por la singularidad de la literatura que se producía en esa región. Según afirma Cortázar:
Raro parece a primera vista, y ha sido apuntado más de una vez, que el pueblo antioqueño, consagrado por la naturaleza estéril de su suelo al trabajo penoso, y dedicado al comercio y a la minería, se haya formado una literatura propia que se distingue de la de las demás secciones de la República. La originalidad de los escritores antioqueños depende en mucha parte de la idiosincrasia de esa raza, que tiende a conservarse sin mezcla de elementos extraños y en donde se encuentran tipos que, hermoseados, pasan a las producciones artísticas, con matices diversos, y ha dado margen a una literatura muy bien designada con el gráfico nombre de “regionalismo”.