LOS APELLIDOS TOPONIMICOS

Los apellidos llamados toponímicos son los que toman su denominación de un lugar, ya sea una región, una comarca, un poblado o un paraje, o sea, derivan de un topónimo o nombre de lugar.

No es sensato, como comúnmente se piensa, que los apellidos toponímicos sean originarios del mismo lugar al que aluden, es decir, no es lógico tomar como apellido el nombre de una ciudad en ella misma, sino en otro lugar al que se haya mudado la persona, siendo esta procedente de la mencionada ciudad. Por ello, Valencia es originario de León, Orellana de Trujillo y Trujillo de Aragón.

En el caso de los apellidos gentilicios sucede esto mismo, por ejemplo: Navarro es originario de Aragón y no de Navarra,Gallego también es aragonés y no de Galicia y Alemán es un apellido catalán, sus orígenes no son los que suelen aparecer en algunos diccionarios de apellidos y páginas de Internet.

El apellido Francia es de Aragón España) y el apellido España es de Languedoc (Francia).
Hay también muchos casos donde definitivamente el apellido no tiene nada que ver con el nombre de una ciudad, como Jerez que es un apellido vasco que no tiene relación alguna con la conocida ciudad de Jerez de la Frontera, no siendo entonces este apellido de carácter toponímico o el apellido Nilo que es de orígen italiano y no tiene nada que ver con el famoso río Nilo, como alguien pudiera pensar.

Existen , eso si, algunos apellidos (los menos) que si se originaron en el lugar aludido, esto ocurre en la guerra de Reconquista, cuando algunos capitanes van agregando a su nombre el de las ciudades que iban liberando del dominio moro, como por ejemplo: Sepúlveda, Alarcón, Baeza y Alfaro, anteponiéndoles, muchas veces, el prefijo “de”.

Es necesario recalcar que, la partícula “de” precediendo a un apellido, no tiene nada que ver con nobleza como suele creerse, como tampoco debemos dejarnos engañar, con los apellidos patronímico que se les agregaba un toponímico, definitivamente no eran en ningún caso “apellidos nobles” los Alvárez de Toledo, los Pérez de Castro, los Núñez de Mendoza, los Sánchez de Guevara, etc….

Conviene también aclarar, que en muchos casos los topónimos que daban lugar a estos apellidos eran voces arábigas lo que, como se comprenderá, no nos permite inferir que quienes tienen esos apellidos, desciendan de árabes o de quienes profesaban la religión islámica.

En algunos casos se produce la unión entre un apellido toponímico y la preposición que lo precedía, como : de Ávila que se transformó en Dávila, de Ávalos en Dávalos, de Nis en Denis, y de Olmos en Dolmos. Hay también casos de sinalefa entre el toponímico y un artículo precedente, como Lamadrid.
En los apellidos toponímicos, debe hacerse una distinción entre los llamados toponímicos mayores y los toponímicos menores. Los mayores son los correspondientes a una ciudad, villa, pueblo o aldea y los menores los relativos a accidentes geográficos, como ríos, lagos o montañas.

Entre los vascos y navarros la mayoría de los apellidos son toponímicos, pero esto responde a que estos apellidos se originan por una necesidad de ubicación geográfica, es decir, al nombre se le agregaba la descripción del lugar donde se habitaba y al contrario del resto de la península muchos apellidos van originando nombres de pueblos, villas y ciudades. Como Basauri, (el que vive en un lugar en el bosque), Oñate ( el que vive en el paso por la colina) o Maturana (el que vive en las marismas)

Por último, como muchos topónimos han cambiado sensiblemente su grafía a lo largo de la historia, muchos otros han cambiado su denominación, otros simplemente han desaparecido y otros nombres de lugares se repiten considerablemente, es muy difícil determinar con plena certeza cuales topónimos dieron origen a apellidos que se les asemejan a fonéticamente.